lunes, 16 de noviembre de 2009

Lecturas de agosto-octubre

Juan Marsé, Rabos de lagartija
Extraordinaria novela narrada desde un punto de vista sobrenatural.
A. Muñoz Molina, Beltenebros.
Buena novela negra. Me quedo, sin embargo, con el Muñoz Molina más maduro y reflexivo que nos comunica mucho más de sí mismo.
Quim Monzó, L'illa de Maians
Més Quim Monzó. Estil inconfosible i divertiment assegurat.
Sergi Pàmies, L'instint
Me quedo con algún fragmento ejemplar que ya he utilizado en mis clases en el que el punto de vista se traslada del sujeto al objeto para ofrecer una perspectiva inesperada de los hechos.
Rosa Montero, La hija del caníbal
Excelente novela de Rosa Montero, muy bien estructurada y adecuada para los que estamos atravesando la difícil cuesta de los cuarenta.
Mario Vargas Llosa, Conversasión en la catedral
La única novela que todavía no había leído me sirvió para comprobar cómo ha cambiado el panorama novelístico desde los años 60. ¡Qué comodones nos hemos vuelto los lectores!
Sánchez Piñol, Tretze tristos tràngols
Tretze contes sorprenents i ingeniosos.
Murakami, Tokio blues
Novela con una sensibilidad especial. Las relaciones de los personajes en ese centro de salud (paraíso no contaminado) me conmovieron.
Larsson, La chica que soñaba con una cerilla...
Peor que la primera. Sólo engancha pasadas doscientas páginas.
Larsson, La reina en el palacio de las corrientes de aire
La peor de la trilogía. No llega a enganchar. Los personajes acaban haciéndose algo odiosos. No queda ya nada de esa intriga sugerente de la primera (un asesinato en un lugar cerrado, todos los presentes son sospechosos). Ahora todos los misterios se resuelven de forma tan ingenua como casi insultante para el lector (Salander tiene el poder de penetrar en el alma (ordenador) de todos los personajes). Así no vale.